Cada 21 de noviembre, todos los concepcionistas se llenan de alegría y entusiasmo al celebrar la fiesta de la Niña María. Es el evento que nos identifica y que desde niños nos emociona pero a medida que vamos creciendo podemos ver a esta celebración con más compromiso y responsabilidad.
Llevar a la Niña María representa la misión de la vida, llevar el legado de María. Karina Salloum.
Esta celebración une y representa a todos los concepcionistas a nivel mundial, para agradecerle a Dios por darnos la presencia de María en nuestras vidas y buscarla como ejemplo en nuestro camino. Se ha propagado por el mundo que los concepcionistas vivimos de la mano de María.

La fiestas nos recuerda la presentación de María en el Templo. La historia que nos cuentan nuestros profesores desde pequeños es que como costumbre judía San Joaquin y Santa Ana llevaron a su hija María de tres años al templo de Jerusalén, sintiendo aquel día, algo muy especial y conmovedor.
Después de apoyarme tanto en María siento que ahora ella se puede apoyar en mí. Carlos Luis.
Desde niña, nuestra fundadora Madre Carmen siempre estuvo involucrada sentimentalmente con esta tradición realizada anualmente en su lugar de estudios, un colegio de las religiosas de la Compañía de María, por lo que quiso mantenerla en su congregación.
La frase que recuerdo desde pequeña es «María fue niña como tú». Esta frase me hace reflexionar y darme cuenta que así fue, María no llego de la nada y fue madre de repente. Fue una niña cualquiera pero con un corazón dispuesto y abierto a la voluntad de Dios. Es por eso que Santa Carmen, quiso que viviéramos esta fiesta para sentirnos niños, niños alegres y comprometidos a seguir e imitar las virtudes de María.


Elaborado por Sonia Balzan
Estudiante 2do Cs, Montalbán