“Misericordia: es el acto último y supremo con el cual Dios viene a nuestro encuentro.”
Muchas personas hoy en día tergiversan el significado de algunas palabras. La misericordia es una de esas palabras y quizás yo sea una de esas personas… Para mí esta palabra representa muchas facetas y acciones de la vida de cada persona. Es necesaria sin duda alguna.
Observar momentos donde una persona se compadece de otra, es amable, se reconcilia con alguien, pida perdón o bien perdone; suele ser tomado como un acto extraño o se pierde como un acto cualquiera, yo lo veo de una manera distinta. Estas situaciones del día a día ven reflejadas la misericordia de Dios.
Con un lindo gesto, una simple acción de ayudar a un conocido o desconocido, demuestras esa amabilidad que es necesaria hoy en día en un mundo que cambia constantemente y no siempre de la mejor manera. Siempre hay que tratar de sacarle una sonrisa a la vida y a los que te rodean aunque los problemas estén presentes, ya que dificultades siempre habrán, pero ese gesto de estar bien contigo mismo y con los demás genera una sensación agradable y de compañía con el prójimo, sabiendo que el apoyo mutuo ante situaciones difíciles facilitará a lograr un mejor resultado.
La misericordia no es compadecerse de otra persona por lástima. Para mí es la mejor manera de vivir, es sentir en carne propia lo que otra persona vive, tratar de acompañarle y quizás hasta ayudar a solucionar algún problema. La misericordia es para mí sinónimo de compartir los buenos momentos, ayudar y dejarse ayudar en aquellas situaciones aparentemente más adversas.
Claro está que la misericordia también abarca el perdón y vaya que es bastante difícil en varias ocasiones, pero es necesario para estar bien tanto con el prójimo como contigo mismo. Además que demuestra del amor que somos capaces de tener cada uno de nosotros como seres humanos.
Dios es misericordia y amor, siempre lo he creído y experimentado. Gracias a Él aprendemos a vivir de una manera más profunda hacia los que nos rodean. Viviéndolo a través de Él aprendemos a valorar al que tenemos al frente y gracias a ello, también a nosotros mismos. Él se manifiesta en cada uno de esos detalles así sean pequeños en los cuales se ve reflejada la humanidad y el cariño hacia lo bonito, hacia la misericordia, hacia el amor.
Luis D. Bastidas