«“Dios es amor” Este amor se ha hecho ahora visible y tangible en la vida de Jesús. Su persona no es otra cosa sino amor» (Misericordiae Vultus)
Es muy común escuchar o leer que Dios es amor, que la persona de Jesus es amor. Y algunos que nos preguntarnos el por qué. Hay muchos actos de amor que se pueden observar en una persona y de esta forma, creo que pasa con Jesus de Nazaret.
En mi experiencia con Dios, puedo decir que antes de conocer su amor no reconocía su presencia en momentos tan sencillos de la vida. Como por ejemplo, regalar un abrazo a un amigo o quizás simplemente escucharlo. Regalar una flor a tu esposa o un chocolate a tu novia e incluso compartir con tus abuelos son detalles del amor de Dios.
De manera que la vida, nuestra vida, esta llena de gestos. Estos pueden hacerse presentes de distintas formas, pueden ser, una risa, una mirada, una sonrisa, un abrazo, ayudar al otro e incluso un paisaje de un hermoso atardecer o de una montaña…
Generalmente no solemos prestar atención en reconocer que esos gestos, son de amor. Y amor de Dios.
Considero que el amor no es algo intangible. El amor se da, se vive día a día. Por lo tanto, El amor de Dios es sencillo, se entrega. Es libre, te puede hacer sentir ligero y en calma. El amor es paciente. Y más allá de todo, el amor es capaz de pedir perdón
Del mismo modo, Creo que el silencio, la escucha y el perdón también son gestos de amor de Dios.
En mi vida cotidiana, me conmuevo al ver una sonrisa sincera de cualquier persona, ya sea de un amigo, de mi familia o de novio. En especial las sonrisas de los niños que transmiten una alegría única.
En definitiva, me conmueven las sonrisas acogedoras, sinceras, contagiosas.
A su vez, me conmueven las miradas que están llenas de historias, las miradas de los pobres, algunas veces llenas de dolor, otras, llenas de ganas de salir pa’ lante, de entusiasmo. También, las miradas de los niños, inocentes, puras, con tanto por vivir…
Pero sobre todo, aquellas miradas que expresan un amor único.
Me conmueve la ayuda en todo sentido. Cuando ayudo y cuando veo a otras personas ayudando, me llena el corazón y me hace sentir libre. Le da una sonrisa a mi corazón.
El amor de Dios es tan sorprendente, te hace cambiar tanto interiormente que tu forma de ver la vida y de vivirla se hace distinta. Experimentas vivir con sentido. ¡Y qué increíble es! Por ejemplo, ahora veo de forma distinta reír con mi familia. Me conmueve cada vez que en la mesa reímos todos juntos. Al igual que reír con los amigos, aquellos con los que puedes ser débil y vivir experiencias inolvidables. Pues ser un buen amigo, también es un gesto de amor!
El amor es sencillo y siempre esta presente en nosotros, en nuestra vida. Solo debemos prestar atención y darnos cuenta en los momentos de nuestra vida que están llenos de gestos de amor de Dios.
Paola Repetto.